El Painters: Un viaje sin retorno al grafiti y la pintura

Por Javiera Caro

Gonzalo Sánchez- o @el_painters1, como lo identifica su seudónimo- es un muralista proveniente de Yerbas Buenas, Región del Maule, quien a temprana edad se maravilló por el arte urbano. Después de haber emigrado a Valparaíso a estudiar Diseño, trabajó en diferentes proyectos en la región y en el extranjero.

Casi como un acto de epifanía, el grafiti y la pintura comenzaron a irrumpir en su vida tras flecharse con distintas obras en un viaje a Santiago a los 12 años. Las distintas manifestaciones artísticas que comenzaron a aparecer en su día a día desde ese momento, lo embarcaron en un viaje sin retorno.

Uno de sus primeros recuerdos en relación a su afición, lo llevan a cuando tenía solo cinco años: luego de que un día volviera solo a su casa del jardín infantil y se diera cuenta de que al llegar se encontraba solo, concluyó que había sido abandonado. Recuerda (entre risas): “Agarré un plumón y de repente empecé a escribir mi nombre, pero lo escribí al revés y ahí como que dije «oye, igual loca la necesidad del ser humano de querer estar reflejado en un muro a modo de decir -Estuve aquí!. En otras palabras, entendí que este acto fue mi primer «tag» o rayado sobre un muro.”

De ahí en adelante, se comenzó a desarrollar su carrera y el surgimiento de su propia marca personal, la cual es una mezcla de influencias. “Me acuerdo mucho que la mayoría de los grafiteros rayaban su nombre, y terminaban casi todos en S (…) yo me sentía más pintor que grafitero, entonces dije «quiero apodarme pintor», pero por otro lado, como el grafiti está asociado a una de las ramas del hip hop y en el hip hop hay como todo un mundo en inglés, dije «ya, ahí está el nombre (…) y si le pongo la S, estoy cumpliendo con todos los requisitos.” De ahí surge El Painters, firma que utiliza hasta el día de hoy.

Sobre su estilo y arte

“Geométrico e influenciado un poco en el arte visionario”, así describe su estilo, con una mirada hacia artistas que realizan una búsqueda espiritual, quienes suelen retratar sus visiones o sueños; además, recalca que sus trabajos no suelen ser forzados ni llevan un mensaje detrás, las ideas le surgen de manera orgánica mientras se deja llevar.
Aunque también afirma que esto cambió un poco tras haber terminado su carrera de diseño gráfico, “Después de haber terminado la carrera (…) y también empezar a ver un poco más de galerías, que era algo que antes no hacía, caí en eso, en el mensaje. Si bien puede ser una etapa, también me ha costado desbloquear (…) Siento que de repente hay que dejarse llevar no más y pintar lo que salga.”

La irrupción de los medios digitales y el auge de las redes sociales han modificado la forma de ver y hacer arte, cualidad que reconoce, ayuda a muchos, pero que por otro lado, le juega en contra a aquellos, incluido él mismo, que no están pendientes de publicar
contenido continuamente. Sobre esta nueva realidad declara que “es bueno y malo a la vez, ya que las personas de entrada ven el número de seguidores e inconscientemente asocian el número a la calidad del trabajo del artista. Siento que estamos sometidos a las redes sociales y el hecho de estar ahí activo, mostrando todo el tiempo es algo que me choca un poco.”

Proyectos

Tras haber realizado cientos de murales, afirma no sentirse presionado a crear nuevas obras. Después de volver a Yerbas Buenas, luego de 12 años viviendo en la V región, se ha enfocado en trabajar en el área de la construcción junto a su padre.

“En mis ratos libres agarro el Ipad, dibujo un poco; de repente me pilla la inspiración con un papel en la mano y tiro un par de líneas (…) Lógicamente, todo se empezó a estancar en un principio (debido a la pandemia), ahora ya se han abierto más puertas, pero a pesar de eso, me ha costado también seguir el hilo y pintar siempre, ser constante.”
La realidad de los artistas visuales y manuales en Chile es innegablemente difícil, la falta de apoyo y visibilización, principalmente regional para quienes desean establecerse con sus habilidades creativas les afecta considerablemente. “Admiro mucho a la gente que lo ha logrado y a quienes son fieles en el camino”, expresa Gonzalo.

“Hay que darlo todo, sin importar nada, me pasa de repente que la pintura, siento que es mi camino, pero tampoco creo que es bueno sentir frustración por no poder hacerlo, tengo responsabilidades, tengo hijos, tengo familia (…) sería lo mejor de la vida pintar siempre, el trabajo más entretenido del mundo”, agrega.

Por otro lado, la centralización de estas actividades, no permite que la cultura de distintas comunas o regiones se vea reflejado en las murallas. El conservadurismo de algunas zonas y la predominancia de la estética colonial es un obstáculo que restringe propuestas creativas. “Sería bueno empezar a visibilizar lo más destacado de la comuna, nuestra identidad, eso falta mostrar en las calles, hay mucha riqueza por plasmar en los muros.”, enfatiza el artista.

“Es bueno ir conociendo lo que pasa aquí cerca para nutrirse un poco el ambiente y no tener la necesidad de ir a Santiago o a las grandes ciudades en busca de inspiración, porque en verdad está todo súper centralizado, pero hay cosas que se pueden descentralizar y son cambios pequeños no más (…) Siento que hay mucha riqueza cultural aquí en la región, sería bacán hacer cosas para visibilizar”, finaliza el muralista.

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