Especial artes visuales: YISA

Yisa: La visión es el todo.

 

“Definir una obra es limitar su desarrollo, querer justificar su creación es quitarle la libertad de poder ser parte de un todo”.

 

Por: Simón Cruz.

Fotografías: Sebastián Mejia (Galería Tajamar), Javiera Aravena, Martín García De La Huerta, María Luisa Murillo.

 

José Caerols, reconocido en el circuito artístico, nacional e internacional, como “Yisa”, es chileno, licenciado en Arte de la Universidad Finis Terrae y magíster en diseño urbano. Actualmente residiendo en Barcelona y desde el viejo continente se suma a esta nueva edición de Minga.

 Yisa es un artista con una mirada intensa, crítica y muy consciente de su entorno, apasionado y con una visión poderosa que no tiene límites. Su proceso artístico nace de la mano de una consciencia plena de lo que busca despertar con su propuesta, acompañado del estudio del espacio.

 

 

José Caerols, “Yisa”, tiene una potente visión que se puede apreciar en cada una de las obras e intervenciones que realiza. De colores vibrantes y potentes imágenes que dejan entrever las realidades y problemáticas sociales, y que al mismo tiempo, nos plantean diferentes preguntas. Su propuesta visual, puede ser considerada una invitación para que nosotros, los espectadores, abramos los ojos y veamos las cosas desde otra perspectiva, una en la que nos hagamos parte de la escena desde una vereda inclusiva, participativa y colectiva.

Sus murales, caracterizados por trazos fuertes y colores intensos que no pasan desapercibidos nos hacen sumergirnos al mismo tiempo en sus dibujos y en nuestro subconsciente. A pesar de ser obras creadas con materiales, en su mayoría inertes, siguen siendo piezas sólidas, fuertes, fluidas, y con la potencia suficiente para transmitir emociones y reforzar la necesidad de entender sus obras como un algo vivo y eterno, capaces de nutrirse por si mismas desde su creación, desde su propio desarrollo y como parte de un todo continuo. Cada una de sus intervenciones, tiene un fundamento implícito que va más allá de solo querer crear un impacto visual y social.

 

 

La inspiración del artista se materializa de la mano de su manifiesto personal por mantener su objetivo, y eso, se logra apreciar desde lo más básico, o lo más mínimo de cualquiera de sus piezas, hasta en lo más grande de sus intervenciones. Cada trazo,  cada ladrillo o tela que utiliza, pone en el tapete una interrogante, aunque no necesariamente de manera literal, dando paso así, a un viaje revolucionario de lo más profundo de nuestros registro, los registros colectivos, esos de los que todos somos dueños, pero de los que nadie quiere hacerse cargo.

Conversar con Yisa resulta muy agradable. De risa fácil y dispuesto a compartir su experiencia y apreciación sobre como es vivir ligado al arte, y por sobre todo, ligado a una pasión que cobra vida, tanto en su trabajo, como en la forma en que se expresa sobre su proceso creativo. Su propuesta es algo que evoluciona junto con los tiempos en los que se desarrolla, junto con los lugares en los que vive, junto a las personas con las que se relaciona. Así te das cuenta de que aunque algunas piezas parezcan agresivas, nacen de la mano de un ser sensible y capaz de percibir lo que sucede a su alrededor, y hacerse cargo de eso plasmándolo en su trabajo.

 

 

A pesar de que a simple vista sus piezas resultan imponentes, y en algunos casos un poco violentas, tienen un grado de sensibilidad importante que queda en manifiesto observando los detalles de cada una de sus creaciones, sin importar si es un trabajo personal o un logro colectivo.

Yisa, quien aparte de tener una mente creativa en constante evolución, manifiesta en sus intervenciones un profundo contacto con el uso y el conocimiento del espacio. Con el uso de los recursos existentes: históricos, sociales, culturales y físicos, y en cierta forma, plasma en su trabajo una manifestación gráfica de las relaciones de poder en las que el individuo se ve expuesto, usando la ciudad, con sus diferentes aristas como un lienzo y una vitrina, y busca, además, darle forma y peso a los procesos a los que como sociedad, nos vemos enfrentados.

 

 

José tiene un amplio currículum en nuestro país, (así como también en el extranjero), donde ha sido parte de diferentes exposiciones en las que su trabajo ha destacado, principalmente, por la inclusión y la utilización de materiales de uso cotidiano en sus intervenciones, trabajados para representar un concepto de interés colectivo, con un contexto y un complemento histórico y social. Y si a eso, además le sumamos lo imponente que se ven sus obras, es una invitación directa para darle rienda suelta a la curiosidad, y es a la vez, una invitación a darnos cuenta de que nuestra mente no es una máquina de movimientos y pensamientos cuadrados, exclusivamente, (incluso para los más escépticos y críticos).

Si de intervenciones se trata, el es un gran exponente. Ya desde sus primeras incursiones en el mundo del arte y expresión plástica, se caracterizaba por el uso del espacio como forma y herramienta de articulación de su trabajo. Y es que para  Yisa, un cambio en el sentido y formas, logra la universalización y materialización del contenido de la intervención por medio de la apropiación del entorno.

Lo interesante de esto, no es que solo use un espacio y ya, sino que el uso está justificado de manera tal, que para el público en general, le resulta rápido de entender, apreciar,  visualmente atractivo y llamativo. Es un trabajo, absolutamente realizado con pasión de principio a fin.

 

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