Sago Estudio y el valor creativo de sus telas
Tomando absoluta distancia del fast fashion o las tendencias, esta marca busca desarrollar telas que no pasen de moda. A través de la serigrafía, sublimación y teñidos, efectúa una serie de propuestas donde la experimentación y el arte van de la mano.
Por Andrea León P. @planetaleoncia
Imágenes gentileza de Sago Estudio.
Patricio Salas (diseñador industrial) y Manu Gómez (diseñador textil), unieron las primeras sílabas de sus apellidos para darle vida a Sago Estudio. Así sellaron su encuentro en Barcelona, donde se conocieron y establecieron el inicio de este proyecto de diseño y producción textil. Manu trabajaba para un proveedor de Zara y sentía la necesidad de generar un cambio vital. Se presentó la posibilidad de viajar a Chile para montar un taller y se quedó. De esta manera, efectuaron sus primeros estampados y accesorios y participaron en ferias. Luego quisieron dar un salto y consolidarse como marca. Justo llegó la pandemia, etapa que les proporcionó el tiempo suficiente para cumplir esa tarea.
En el estudio surge la magia mediante el uso de géneros nacionales y algunos materiales especiales. “A veces no es fácil encontrar lo que buscamos, pero sabemos adaptarnos, ya que podemos transformar y personalizar nuestros tejidos. Todo lo estampamos, todo tiene color, todo tiene imagen, eso nos distingue. Desde el principio decidimos que teníamos que ser un laboratorio de estampación para ser lo más originales posible”, relatan los fundadores de Sago Estudio.
El proceso creativo fluye al contemplar lo que les rodea. Todo es válido y motivador para abrir la mente: el arte, caminar por el cerro, conocer propuestas de marcas consolidadas o de jóvenes talentos. Existe un factor pictórico clave en esta labor: “Dibujamos a mano, pintamos en acuarela, hacemos Batik, generamos texturas con serigrafía. Es como pintar un cuadro y lo disfrutamos mucho. Luego lo digitalizamos y fabricamos nuestras telas”, explican los diseñadores que también asesoran a otros autores.
Su catálogo, que se caracteriza por sus formas orgánicas, contempla ropa de mujer y hombre (con curvas de talla y variantes de color), complementos y artículos de decoración en distintos soportes: terciopelo, raso, poliéster, viscosa y algodón. Es interesante observar el contexto actual según la mirada de estos gestores: “Estamos tratando de diferenciarnos del retail. Existen ciertos desabastecimientos puntuales y se están encareciendo las importaciones desde China. Eso abre una ventana para que los creativos nos tomemos la escena del diseño local”.
Aunque falta muy poco para cerrar la puerta del 2023, la agenda de Sago Estudio tiene programados desfiles en Santiago y Concepción y la presentación de su colección de verano en la feria Moda Chile en el marco del Mes del Diseño. La actividad no se detiene: “Después comenzaremos con la colección de invierno que nos gustaría llevar a Madrid, esperemos que así sea”, concluye la dupla cruzando los dedos.
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