Casa Maleza: Emerger en el caos

Por Ricardo Campos Lorenzini

Si hablamos de espacios seguros e inclusivos para consumir arte y manufactura en la ciudad del trueno, este es uno de ellos. Corría el mes de septiembre de 2020, luego de un estallido social y en pleno apogeo pandémico, nació Casa Maleza, un lugar integral en donde se desarrollan diferentes artes y oficios, como costuras, tejidos, tatuajes, serigrafía, editoriales y terapias alternativas.

Situada en una ubicación muy céntrica de Talca, en uno poniente con cuatro sur, Casa Maleza llega a romper las barreras de la individualidad para fomentar el trabajo en equipo y el crecimiento colectivo, eliminando estándares y aportando a la libertad de las mentes y cuerpos para emprender de forma segura para todes.

 Féminas en la autogestión creativa

El poder femenino es la fuerza primordial que dio vida a la casa, un grupo de mujeres, amigas y conocidas, que desempeñan la labor textilera en su mayoría, se organizó para comenzar a arrendar este espacio grande, antiguo, con altas paredes de adobe y pasillos espaciosos en donde se empezó a escribir la historia de Casa Maleza hace menos de un año.

Haber forjado un lugar liderado en su totalidad por mujeres significa encontrarse en un terreno de confianza, en donde se puede dialogar, emprender, idear, mezclar y surgir. Casa Maleza se gesta bajo los pilares del arte, la organización y la colaboración, siendo la colectividad de mentes emprendedoras uno de los motores que echa a andar la casa.

Al detenerse para reflexionar en el nombre, automáticamente se le atribuye una connotación un tanto negativa, ya que la maleza no es muy deseada, pero allí está el juego creativo, la mezcla de un concepto con la realidad en la que vio la luz este proyecto.

“Pensamos en varios nombres antes de llegar a la Maleza, siempre nombres conectados con nacer, desarrollarse o vivir en pleno caos. Maleza se eligió principalmente porque pensamos que era un gran desafío emprender con esta casa de artes y oficios, en donde tendríamos que salir de algún lado y llenar todo de esto que no se piensa que crecerá tanto, que no traerá frutos o que simplemente es muy arriesgado. Somos Maleza, porque crecimos en un lugar y sobre todo en tiempos en donde no se desea el arte ni la manufactura local” comentó Claudia Urra, partner fundadora de Casa Maleza.

Lo bello del arte en el caos

Si bien Casa Maleza emergió en un contexto caótico, en donde el encierro por el virus ya tenía un poco vuelta loca a la gente, esta vino a aportar con un granito de felicidad a las vidas de las personas que desean salir de lo cotidiano, de lo rutinario, de lo estrictamente impuesto desde antaño, esta casa es un claro ejemplo de que se puede descentralizar el arte en Chile – concentrado en su metrópolis- y posicionarlo en las provincias.

Hay factores, situaciones o pequeñas cosas que hace que quien pase por la casa, quiera volver, como el trabajo hecho a mano, la innovación textil, las diversas expresiones artísticas que están presentes o simplemente el amor que le ponen a las labores que se desempeñan, formando un ambiente único en la ciudad.

“Quizás no hemos definido un mensaje o un objetivo claro para dejar en nuestra sociedad o comunidad, pero siempre pensamos en que la colaboración y organización es lo principal para que cualquier sueño o interés se vuelva en algo grande, que hacer cambios y defender ideas no es de novatos o soñadores frágiles, las ideas se concretan, se trabajan, se cambian o mantienen, en resumen, queremos decirle a la sociedad que organizarse no está mal, que al lado de alguien o de otres hay mucho por hacer y hay que atreverse”, agregó Claudia Urra.

A futuro, Casa Maleza se proyecta como un hogar de las artes y oficios, completo e integral, en el cual se logre compartir los saberes a través de los talleres impartidos por miembros de la casa e invitades, además de conectar el comercio local con ferias y espacios para desarrollar el arte. Por otro lado, pretenden desarrollar una línea editorial desde un podcast, en el cual contarán todo lo que se hace bajo los techos de Casa Maleza.

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