Camilo Delpin, el creativo tras el nuevo proyecto audiovisual de Arranquemos del Invierno
Por Manon Pérez
“El Poder del Mar” es el título del segundo larga duración del artista Pablo Álvarez (Arranquemos del Invierno), cuya dirección creativa estuvo encomendada a Camilo Delpin, arquitecto de profesión que se dedica a la fotografía y proyectos audiovisuales desde el año 2014.
Camilo comenzó su incursión en el mundo musical trabajando con artistas emergentes de la época -9 años atrás- Gepe, Álex Anwandter y Adrianigual, fueron algunos de ellos, fue gracias a estas colaboraciones que se dio cuenta que su amor por la música y las representaciones visuales tomaban cuerpo en estos trabajos. “Me encanta la música y más aún trabajar con quienes la crean, quizás es mi sueño frustrado de ser músico tratando de materializarse”, expresa.
La amistad de Camilo y Pablo comienza hace años, sin embargo su relación profesional da inicio allá por el año 2017, en uno de sus paseos por la playa, donde deciden embarcar viaje a Lota. “Yo andaba con mis equipos y de forma espontánea hicimos unas imágenes y grabamos unos videos a modo de experimentación, como compartimos mundos visuales parecidos, se nos hizo súper fácil levantar la idea y finalmente terminó siendo el videoclip de la canción ‘Liquen’ que vendría siendo la precuela de estos 3 videos en blanco y negro, desde ahí empezamos a hacer cosas juntos”, rememora el fotógrafo.
Fotografías por @conif1or
Fue en 2018 que Pablo Álvarez viaja hacia Santiago, para tomarse un par de retratos en la casa de Camilo, en ese momento llegó una inesperada propuesta. “Me propuso ser una especie de director de arte para su proyecto, ahí me hice cargo de crear estos mundos para su imagen y de hacer los videos y las fotos de sus discos”, recuerda Delpin, quien agrega que hasta ahora “ha sido una experiencia creativa muy hermosa, de mucha hermandad, confianza y crecimiento personal y profesional”.
Comienzan así a entrelazar ideas para la creación de “El Poder del Mar”, mini cortometraje que representa “Bruma”, “Pájaros” y “Frontera”, cuyas historias y como la misma mente creativa menciona: “Son bien etéreas”, basadas en mundos irreales y con una fuerte carga de realismo mágico. Los videoclips narran historias sobre la muerte y todos los procesos kármicos vividos, así como también el viaje transcurrido para sanarlos.
Luego de días, horas, infinitos audios e intercambios de ideas entre el músico y Camilo, fue que llegaron a un guión más armado para estas representaciones, así comenzaron la construcción del primer vídeo, “Bruma”, junto a la co-dirección de Camila Zurita.
El director nos explica que “el video es la historia de un hombre que escapa de sus dualidades, un brujo blanco y uno negro que finalmente terminan sanándolo y bautizándolo en un lago sureño”.
Con el mismo equipo se creó “Pájaros”, el segundo video de esta serie y “Frontera”, el tercero y último. “Es una especie de reencarnación del mismo personaje que escapaba en “Bruma”, pero ahora en una vida más real, la de un pescador que se obsesiona con una mujer misteriosa, que finalmente termina siendo una vampira, que lo convierte también a él en vampiro y lo condena a la vida eterna en las oscuridades del sur”, narra Delpin.
La creatividad de estos productos e historias nacen desde la fascinación del audiovisual por las historias de vampiros, así como de la estética oscura, fanatismo que comparte con Pablo Álvarez. “Vimos un par de películas con Pablo que a mi me tincaban mucho y ahí nació la idea de contraponer la música dulce y melódica de Arranquemos del Invierno con estos submundos oscuros y enigmáticos, fue una yuxtaposición de ideas que al final hacen preguntarse al espectador ‘¿Qué onda esto tan oscuro con está música tan luminosa?’ Eso queríamos lograr, hacer algo no tan evidente”, recuerda.
Los lugares elegidos para representar estos sentimientos fueron Lota, Coronel y Playa de Maule y lugares industriales de Schwager. “Las elegí porque siempre me ha llamado mucho la atención esa vibra de abandono, de urbanismo y arquitectura que tuvo en sus tiempos mucha connotación y ahora es parte de una historia algo triste, con rasgos del mundo viejo pero en el nuevo continente. Son lugares bastante particulares, con cierta bonanza perdida, que los hace anacrónicos, fuera del tiempo, perfectos para que sean el hogar de vampiros”, cuenta Camilo.
El equipo audiovisual que apoyó el proyecto estuvo compuesto por personajes de la región del Biobío, excepto por el director de fotografía Tomás Duarte, quién es argentino. El vestuario estuvo a cargo de Camilo Delpin, “casi siempre lo veo yo, soy muy fijado con eso de crear los personajes, vestirlos y verlos antes en mi cabeza que en escena”. El maquillaje por otra parte, estuvo encomendado a Daniela Romero y Pamela Jerez, reconocidas artistas del área.
Para estos artistas oriundos de Concepción la representación del mar es muy importante, para Pablo, una fuente de inspiración en sus canciones y para Camilo una carga emocional y espiritual.
“Ambos crecimos en Concepción y las playas de sus alrededores, es algo difícil evadir la presencia del mar Pacífico. La presencia del mar y la costa en estos videos, mas bien de las aguas, viene siendo un poco el canal de las emociones, de los sentimientos, por eso está muy presente”, finaliza.
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